Tóner original o «compatible»

Tóner ORIGINALvsCOMPATIBLE

¿Cuántas veces hemos oído hablar del tóner «compatible»?

¿Funcionará bien, mal, causará algún problema a largo plazo?

Lo primero que deberíamos tener claro es qué es un tóner, qué significa que sea «compatible» y para qué se utiliza.

¿Qué es un tóner?

El tóner es el material que se utiliza para crear texto e imágenes en una impresora, esencial para la producción de impresiones de calidad. Se trata de un polvo finísimo, generalmente hecho de pigmento negro o de colores, que se funde en papel cuando la impresora o la fotocopiadora lo utilizan para crear texto o imágenes. Se encuentra almacenado dentro de lo que llamamos cartucho. Cuando el aparato de impresión pasa por una página, el tóner se aplica en forma de polvo a un tambor o un cinturón fotosensible, y luego se funde en el papel con la ayuda de calor y presión para crear la imagen deseada.

¿Qué significa que sea «compatible»?

Un tóner «compatible» es un cartucho de tóner diseñado para funcionar con una impresora específica, pero fabricado por un tercero diferente al fabricante original del equipo. Estos cartuchos son creados para ser «compatibles» con las impresoras originales, ofreciendo una alternativa obviamente más económica, ya que si costasen lo mismo que el original nadie los compraría. Estos terceros fabricantes aseguran que como mínimo son igual o mejor que los originales, incluso que, en muchos casos, duran más.

¿Para qué se utiliza?

Las impresoras no utilizan el tóner tal y como sale del cartucho. Aunque hay excepciones, normalmente el tóner se mezcla con otro producto llamado revelador. A causa de esto, cuando colocamos el cartucho nuevo con el tóner «compatible» y no con el original, la impresora empieza a mezclar el nuevo tóner «compatible» recién colocado con el anterior (que vamos a suponer que era original). Así, hasta que no hemos realizado un número considerable de impresiones, vamos a poner como ejemplo unas 1000 impresiones, no habrá un porcentaje importante del nuevo tóner (el compatible) en la mezcla.

Por este motivo, aunque el cartucho que acabamos de poner esté lleno de arena de playa, durante un tiempo la máquina imprimirá bien (ya que la máquina estaría utilizando el tóner antiguo). De esta forma, ocurriría igual en la situación inversa, es decir, si hemos colocado un tóner «compatible» y queremos cambiarlo por uno original, hasta que no se haya agotado el anterior y reemplazado en la mezcla por original, las impresiones saldrán con un alto porcentaje de tóner «compatible». Esto puede dar lugar a confusión ya que podemos pensar que, «si la impresora imprime con mala calidad, no es por el tóner, ya que hemos puesto uno original y funciona igual».

¿Qué opciones tenemos?

Llegados a este punto, tenemos dos opciones:

1. Hacer las suficientes impresiones para que en la mezcla se vaya eliminando el compatible que nos hará impresiones de peor calidad.
2. Sustituir la unidad que hace la mezcla por una nueva.

Con la opción 1 puede que ni aun así tengamos éxito, pues nunca tendremos certeza de haberlo eliminado por completo. La opción 2 es mucho más rápida y segura, pero también bastante más cara.

Otro problema que nos podemos encontrar con las piezas «compatibles» y no originales es que nos va a resultar muy complicado, incluso puede que nunca lleguemos a saber cómo va a reaccionar la máquina, pues hay multitud de fabricantes, cada uno con su composición propia y al tratarse de «compatibles», es posible que la máquina no acepte este tóner «compatible», se creen nuevos problemas e incluso puede que algunos sean irreversibles.

Los problemas que puede causar un tóner inadecuado van desde impresiones claras, rayas, copias que se borran al pasar el dedo por encima, colores alterados, manchas, atascos en la unidad de calor y manchas, hasta averías más importantes, como tambores rayados y unidades de fijación estropeadas. Tampoco quiero afirmar que no existan compatibles que funcionan razonablemente bien, pero la palabra «compatible» es demasiado generosa.

Haciendo un poco de publicidad, sería como comprar «Coca-Cola» o «refresco de cola» de una marca que nunca hemos probado, con la diferencia de que el «refresco de cola» no nos gusta simplemente dejamos de tomarlo y se acabó el problema, mientras que con la impresora, los inconvenientes persisten.

Espero haber dado un poco de luz sobre este tema, y si deciden poner «compatibles» en su impresora, desearles suerte.

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